Viene a revolucionar la forma de ver y utilizar Internet. Por ello, se centra en la unión del trabajo entre hombres y máquinas.
Entonces, ¿Qué es y qué significa en la práctica esta Web3?
Pero, antes de presentar el concepto de Web3 y todo lo que envuelve a este universo, es importante hablar de sus predecesores: Web1 y Web2.
Web1, el inicio de todo
Creada en 1989 por Tim Berners-Lee, fue la primera y la más sencilla de todas las Internet. Su principal objetivo era facilitar el intercambio de información y la conexión a través de hipervínculos, lo que todavía se hace, por ejemplo, en los sitios de noticias y blogs que tienen enlaces en sus reportajes y artículos. Un ejemplo es el Blog de AppTuts, que todos los días trae noticias y artículos con las principales novedades en el área tecnológica, así como tutoriales que facilitan el día a día de estudiantes y profesionales. Sin embargo, si no viviste esa época, tal vez no te lo imagines, pero internet era exclusivo de muy pocas personas, al igual que las computadoras. Del mismo modo, las prestaciones de las computadoras que existían eran extremadamente limitadas respecto a lo que tenemos hoy en el mercado. Además, la conexión era muy lenta. Así que imagina el escenario… En ese momento surgieron dos empresas que aún hoy están en el mercado: Google y Yahoo. La misión de ambas era, sobre todo, organizar todos los contenidos disponibles en Internet.
Web2 y el enfoque en el usuario
Después de la Web1, que nos permitió acceder a Internet y a las increíbles posibilidades de explorar información y compartir contenidos a distancia, llegó la Web2. Marcada por el desarrollo de plataformas digitales que permiten los contenidos generados por los usuarios, la Web2 comenzó a extenderse en 2004. Es exactamente el internet que conocemos hoy. Así pues, si la propuesta de la Web2 era dar voz a miles de personas, lo consiguió a través de plataformas que probablemente uses a diario, como Orkut, YouTube, Facebook, Instagram, TikTok, Twitter, Uber… A través de estas redes, ahora podemos publicar videos, textos e imágenes. Sin embargo, si tenemos la libertad de interactuar de la manera que queramos en internet, como resultado de esto, pagamos un alto precio: la explotación de nuestros datos por parte de estas grandes tecnologías. Y ya lo sabes: ¡la información hoy en día vale oro! Ahora, la propuesta de la Web 3 es unir lo mejor de ambas webs: el intercambio de información que nos trajo la Web 1 y la importancia de los contenidos generados por los usuarios, obra de la Web 2. De este modo, tiene la descentralización que permite la blockchain y refuerza aún más los contenidos desarrollados por los usuarios.
Pero, ¿qué ocurre en la práctica con la Web3?
Este término fue utilizado por primera vez en 2014 por Gavin Wood, el cofundador británico de la red blockchain Ethereum. La Web3, aunque parece una continuación de las otras webs, es en realidad una remodelación de internet, basada en blockchain, descentralización y tokenización. En la práctica sería utilizar la descentralización y el contenido generado por el usuario, añadiendo a todo esto, el registro distribuido en blockchain, y el almacenamiento de información, ya sea financiera o de otra naturaleza. Es decir, mediante la inteligencia artificial es posible no solo buscar o almacenar información en línea, sino también interpretarla. De este modo, la Web3 permitirá a los usuarios acceder a miles de centros de datos de todo el mundo, pudiendo elegir quién almacena sus datos y cómo lo hace. Es exactamente lo que se conoce como “la nube”. Estas cifras forman parte de una encuesta de 2019 realizada por McAfee.
Por si fuera poco, a partir de ahora, todo lo que se publique en internet quedará registrado activamente en la blockchain, en formato NFT. Esto significa que tendrás un control total sobre tu creación, por ejemplo, en lugar de publicar un archivo en el servidor de una red social cuando creas una publicación, solo “señalarás” al propio archivo, alojado en la blockchain y vinculado a tu identidad digital. En este sentido, las redes sociales solo servirán de escaparate para mostrar tus contenidos. Otra ventaja de la Web3 es la cuestión del uso de tus creaciones, ya que además de llevar tu autoría, podrás elegir si autorizas o no su uso. Este formato hará más difícil que alguien publique algo sin autorización previa.
Lo que hay que tener claro con este nuevo internet
Un punto que hay que aclarar sobre la Web3 es que, con la descentralización de la información, todos los usuarios serán responsables de sus datos en Internet. Para que lo entiendas mejor, fíjate en cómo se alojan los sitios web y los contenidos disponibles en internet: en servidores centralizados controlados por empresas concretas, ¿verdad? De este modo, el concepto de descentralización de la Web3 sería posible gracias a la tecnología blockchain, en la que los contenidos en circulación se almacenarían en una cadena de bloques controlada por una red de computadoras interconectadas y responsables de su mantenimiento y seguridad, y no por una única institución. De este modo, no se censuraría, limitaría o eliminaría ningún contenido de Internet. Y para que este proceso ocurra, el blockchain es extremadamente importante. Esto se debe a que, en el blockchain hay criptografía, lo que dificulta la alteración de la información sin el permiso del usuario.
Pero, ¿qué es el blockchain?
De manera muy simple, es un sistema que permite rastrear el envío y la recepción de ciertos tipos de información a través de Internet. Es una especie de trozos de código generados en línea que llevan información conectada, exactamente igual que los bloques de datos que forman una cadena. Como un libro, donde todo está escrito de forma inmutable y conectada. De ahí el nombre “blockchain”. Es la base de las criptomonedas y es extremadamente importante porque garantiza una información precisa en un corto periodo de tiempo. Además, todos los implicados en el proceso pueden seguir los detalles de una transacción, lo que garantiza más transparencia y confianza. Junto a esto, a través de blockchain, cada nuevo dato que surge, es necesario que una parte de los internautas lo validen para que sea reconocido. Precisamente por eso las criptomonedas se consideran tan seguras, además de estar descentralizadas. Además de las criptomonedas, blockchain también puede utilizarse para validar documentos, como contratos e intercambio de acciones, transacciones financieras, comercialización de música o películas, seguimiento de envíos e incluso votaciones. En resumen, con blockchain, la Web3 permite a los propios usuarios proteger sus datos y tener la libertad y la facilidad de “escapar” de las molestias, como las provocadas por las insistentes llamadas de empresas que quieren ofrecerte algo, por ejemplo. Tus datos son tuyos y no de empresas que ni siquiera conoces, como ocurre hoy en día. Como tus datos son tuyos y tienes la libertad de hacer con ellos lo que quieras, no solo puedes llevarte tus activos a otras partes de la red, también puedes venderlos. Esta es otra de las ventajas económicas que ofrece la Web3. Sin embargo, para que se realice cualquier tipo de transacción, será necesario demostrar la propiedad, el origen y la escasez de estos activos digitales únicos. Y en la Web3, quienes hacen este puente con la economía virtual del Metaverso son las NFT.
¿Qué son las NFT?
Las NFT son códigos registrados en la blockchain vinculados a activos digitales que demuestran su origen, autenticidad y escasez. A través de ellas, los creadores pueden asegurar la propiedad de sus obras, aunque sean digitales y sin limitar su libre difusión en Internet. Además, también es posible registrar obras de arte e imágenes, lo que demuestra que ese contenido te pertenece. Pero, ¿por qué es importante las NFT? Porque, además de demostrar la propiedad de algo, sirve como un certificado de autenticidad que garantiza que cualquier archivo multimedia puede ser rastreado hasta su origen, demostrando así que no ha sido manipulado desde entonces. Al poseer una NFT, te conviertes en el propietario de un token que se refiere a algo representado en internet y no a algo en el mundo físico, ¿entiendes? En resumen: te conviertes en el propietario de un código, un contrato virtual.
¿Y qué es el Metaverso?
Imagina una realidad virtual. El metaverso es una versión tridimensional de Internet. En otras palabras, es un mundo virtual que reproduce el mundo físico a través de dispositivos digitales. Así, estos espacios creados proporcionan experiencias colectivas y pueden utilizar diferentes capas, como la realidad virtual y la realidad aumentada. Por ello, estos espacios se convierten en lugares de convivencia e intercambio. Para entender mejor la propuesta del metaverso, fíjate en los videojuegos, son el formato más popular del mismo. Así que, técnicamente, el metaverso no es algo real, pero pretende transmitir una sensación de realidad, y tiene toda una estructura en el mundo real para ello. ¿Pero qué tiene que ver el metaverso con la Web3? ¡Todo! Al fin y al cabo, se puede definir que la intención del metaverso es ser como una “Internet en 3D”, donde será posible comunicarse, entretenerse y hacer negocios de forma inmersiva por Internet. Por ejemplo, dentro del metaverso podrás tener un avatar que tendrá derecho a comprar terrenos, construir una casa, ir al supermercado, comprar ropa, etc. Esta propuesta está despertando tanto interés en las empresas que la propia Facebook ha cambiado su nombre por el de Meta, y otras compañías también se están moviendo para entrar en este mundo del Metaverso.
¿Qué hace que sea tan interesante la Web3?
¿Qué tal si conoces los principales beneficios de la Web 3? Ahora que conoces el significado de los principales términos que forman parte de la Web3. Mira más abajo:
Algunos de los beneficios de la Web3
La Web3 permitirá que las computadoras sean capaces de comprender e interpretar un volumen de datos mucho mayor. Como resultado, los usuarios podrán interactuar de forma mucho más rápida y profunda con otros usuarios en cualquier plataforma. Además, con esta nueva red ya no necesitaremos complejos sistemas operativos ni grandes “discos duros” para almacenar la información, ya que todo estará en la “nube”, como hablamos antes. Además, todo será más rápido y personalizable. Por otro lado, como el objetivo final de la Web3 es crear una red equitativa y reducir el poder de los “gigantes de Internet”, es decir, las empresas del sector de la tecnología digital, la Web3 se destaca:
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